A juicio de varios miles de personas, el País Vasco vive en un estado de excepción: protestan por ello, se manifiestan y, vigilados por la Ertzainza, no hay incidentes. Es en San Sebastián donde piden, en euskera, cambio, autonomía y decisión, unos pocos han gritado por la independencia del opresor español, indicando que el único camino es la lucha, sin especificar si armada (para lo que ya disponen de Eta, o ideológica.Los asistentes más conocidos son el número uno de la ilegalizada lista de ANV al Ayuntamiento de San Sebastián