Es el caso de la concatedral de Vigo, situada en el centro de la ciudad, pero también de muchos templos de parroquias pequeñas, "en las que incluso se encontraron esvásticas nazis". Una vez entre en vigor la ley, las Administraciones podrán retirar o negar subvenciones a aquellas instituciones que mantengan esta iconografía, por lo que la Iglesia católica podría perder parte de sus ingresos, si no accede a la supresión de los símbolos.