Nos encontramos, simplificando al máximo, con dos opciones: La primera, recaudar muchísimo dinero y poder dar subvenciones a quien los políticos consideren conveniente (ya sea el país con el que quieran hacer negocios, ya sean los actores con los que quieran hacerse la foto). La segunda, no dar subvenciones a nadie, y que todos paguemos menos impuestos y VIVAMOS MEJOR. Porque a ti, querido lector, que eres un ciudadano NORMAL, no te llega ni medio duro de ninguna subvención.