En la vida política, ya se sabe, siempre se puede ser el «reformista» o el «izquierdista» de alguien: Bernstein fue el reformista de Kautsky, antes de que éste, a su vez, lo fuera de Rosa Luxemburgo, la cual, según las épocas, fue para Lenin tanto reformista como izquierdista. Ahora, en la actualidad política española, también podrían hacerse jugosas clasificaciones, pero así entraríamos en el terreno, que por principio metodológico, me he vedado.