Un niño chino de cuatro años mata a 443 pollos a gritos. Todo comenzó cuando el padre entró en una granja para hacer una entrega de bombonas, acompañado por su hijo, y un perro asustó al niño con sus ladridos. El niño comenzó a proferir gritos de terror que, a su vez, asustaron a los pollos del gallinero cercano, donde las aves se pisotearon unas a otras y muchas de ellas murieron aplastadas. El padre del excepcional niño, que trabaja como butanero, ha sido obligado a pagar una indemnización de 1.800 yuanes (180 euros).