Se encuentra el paciente tendido en la cama, en la misma pieza donde están su médico, abogado, esposa, e hijos. Todos ellos esperan el suspiro final del enfermo, cuando de repente éste se sienta, mira a su alrededor y exclama: --¡Asesinos, ladrones, mal agradecidos, y sinvergüenzas!--, y se vuelve acostar. El doctor, un poco confundido, opina: --Yo creo que está mejorando… --¿Por qué lo dice médico?, pregunta la esposa. --¡Porque nos ha reconocido a todos!