Secondlife, una comunidad virtual que simula el mundo real, ya tiene su primera inmobiliaria, Dreamland. Trabajan las 24 horas del día y venden pisos, chalés y hasta islas. Todo por un bajísimo precio: una isla privada puede costar entre 10 y 70 linders dolars, que es su moneda oficial. También tiene concesionarios de Toyota, tiendas de Adidas y ordenadores de IBM. Sólo hay un pequeño problema: lo que compras, en realidad, no existe.