Una de las grandes deficiencias de la mayoría inmensa de las izquierdas occidentales es que ha roto la fusión cotidiana entre, por un lado, la crítica teórica, política, cultural, ética, etcétera, del capitalismo, y por otro lado, la lucha práctica por la creación de otras formas alternativas de vida, de autoorganización popular y obrera, de experimentación de otro modelo social opuesto al dominante. Tal fusión ha sido una constante que podemos rastrear desde las luchas campesinas y urbanas en el medievo...