La Justicia rusa mandó a prisión preventiva a dieciocho de los treinta activistas de Greenpeace detenidos en aguas del Ártico cuando intentaban encadenarse a una plataforma petrolífera. Entre los activistas condenados a dos meses de prisión preventiva en calidad de sospechosos de un delito de piratería hay ciudadanos de Rusia, Francia, Turquía, Polonia, Suecia, Canadá, Nueva Zelanda, Argentina, Reino Unido, Australia, Estados Unidos e Italia.