El jilguero y el pardillo, también la tórtola o la perdiz roja, además de la lechuza, la golondrina o el gorrión: cada vez son menos en nuestro país. Estas especies, tan cercanas al ser humano, ven transformarse los mosaicos agropecuarios y los entornos rurales en los que se mueven, y responde con declives próximos, incluso, al 40%. Cambia el paisaje, también el clima y, a su vez, las aves, mientras SEO/BirdLife, la organziación que las contabiliza y defiende, ya no pide leyes sino frenar su incumplimiento.