Pocas personas se mueven con tanta soltura entre el ruido de motores y las bambalinas del Parlamento Europeo como Ari Vatanen. Vatanen intentará convertirse hoy en París, si lo permite Jean Todt, el otro aspirante, en el nuevo presidente de la FIA y tomar la batuta que deja Max Mosley. En su última campaña electoral, su partido se distanció de sus opiniones sobre el cambio climático, que, según Vatanen, no es más que una conspiración "marxista-soviética auspiciada por los Verdes".