Más de mil millones de personas usan cada día Internet para comunicarse y buscar información. Decenas de Gobiernos buscan, mientras, la manera de controlarles. Hoy se hace público un estudio de la prestigiosa organización OpenNet, integrada por las universidades de Oxford, Cambridge, Harvard y Toronto. En él se concluye que 25 países -entre ellos, Irán, China y Corea del Sur- ejercen la censura de webs con contenidos políticos o sociales peligrosos, e impiden el acceso a aplicaciones como YouTube o Google Maps.