Tan opinable como que Otegi sea un hombre de paz, es la tipificación delictiva de la apología del terrorismo, especialmente cuando entra en colisión con un derecho fundamental como es la libertad de expresión (...)la apología equivale a una “provocación pública para cometer delitos terroristas”, es decir, que requiere una incitación al delito que nadie puede encontrar en las palabras pronunciadas por Otegi.