(...) Nós, árabes, acompanhamos a imprensa dos EUA, talvez muito mais do que os senhores pensem. E nos perturba muito constatar que, para cada palavra impressa a favor dos árabes, imprimem-se mil a favor dos sionistas. Há muitas razões para que isto aconteça. (...)

El 2 de noviembre de 1917, Arthur James Balfour (1848-1930) por entonces Secretario de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, emitió la famosa carta dirigida, no a la Federación Sionista de ese reino, que presidía Jaim Weizmann (1874-1952) sino a Lord Walter Rothschild. Dicha declaración consigna que el Gobierno de Su Majestad británica contempla favorablemente el establecimiento en Palestina de un Hogar Nacional para el pueblo judío y que pondrá su mejor empeño en facilitar el logro de ese objetivo.

Mito nº 1: El “estado palestino” -entendiendo como tal el estado de los árabes de Palestina- es algo que no ha existido nunca. La mayoría de informaciones sobre el conflicto ocultan (intencionadamente o por ignorancia) la realidad histórica de la zona. Por ejemplo, ese mapa que circula por las redes donde se observa un supuesto ‘territorio palestino’ que ocupa toda la región de Palestina encogiéndose progresivamente a costa de territorio israelí. Atendiendo a la realidad de los hechos, no se sostiene por ningún sitio.

La Declaración Balfour, publicada el día 2 de noviembre de 1917, supone un hecho capital en la Historia del Próximo Oriente, ya que se trató del apoyo de una gran potencia, con responsabilidades en la zona, para la creación de un hogar nacional judío en Palestina y, por lo tanto, el primer capítulo en la Historia de la creación del Estado de Israel. Se presentó como una carta del Secretario del Foreign Office, Arthur James Balfour, dirigida al barón Rothschild, líder de la comunidad judía británica.

Para comprender mejor los orígenes históricos del avispero Sirio (y por extensión, de Oriente Medio): "Hace exactamente un siglo, en noviembre de 1915, dos individuos se reunieron en secreto con el fin de negociar el reparto del apetecible territorio de Oriente Próximo tras el final de la Gran Guerra, que aún estaba lejano y que depararía todavía innumerables matanzas en las trincheras europeas."

En 1917, el mundo fue testigo de batallas desgarradoras con tácticas y armas novedosas: gas venenoso, tanques, ametralladoras y bombardeos aéreos. El conflicto llevó a Gran Bretaña y sus aliados al borde de la derrota contra los alemanes. Después de tres años de batallas desgastadoras, el gobierno británico buscó el apoyo de los sionistas, partidarios de un Estado judío, al anunciar que "favorecería el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío."

Hace 106 años, en noviembre de 1917, los británicos firmaron la Declaración Balfour, que sentó las bases de Israel. En él, la estipulación era clara: "No se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina".

Activistas de la organización Acción Palestina (AP) destruyeron un retrato fechado en 1914 de lord Arthur James Balfour que, como secretario de Asuntos Exteriores del gobierno británico, apoyó en noviembre de 1917, durante la Primera Guerra Mundial, la creación de un “hogar nacional” (un Estado) para el pueblo judío en Palestina. Pintada por el artista anglo-húngaro Philip Alexius de László (1869-1937), la obra estaba en exhibición en el Trinity College de la Universidad de Cambridge, donde una activista le arrojó pintura roja y la “acuchilló”