Nicky Taylor, una documentalista televisiva de 42 años decidió reflexionar criticamente sobre los más de 2.500 dólares que gasta al año en shampoo, dentífrico y cremas faciales y dejó de usarlos durante 40 días para determinar si son tan necesarios como asegura la publicidad. Un análisis que se realizó en la Universidad de Leeds demostró que su salud no estaba en riesgo. Asimismo, por razones que los científicos no se explican, su piel lucía más saludable y brillosa que antes.