Parecía una sobredosis. El producto de una noche loca y una mezcla fatal de alcohol y drogas. En un principio, así se catalogó la causa por la que Crispin Scott, un estadounidense de 20 años recién llegado a Barcelona, apareció muerto en un piso de Esplugues el 7 de enero....Parecía un caso cerrado. Pero no lo estaba. Para empezar, porque a los Mossos les pareció sorprendentemente fría la actitud del propietario del piso en que apareció el cuerpo y ya habían comenzado a investigarlo. El resultado final de la autopsia remató sus sospechas.