Cuando tenía 17 años, Wendy Whitaker, le practicó una felación a un compañero de clase que iba a cumplir los 16. El Estado de Georgia le hizo pagar el "crimen" y, además, la incluyó en el registro de agresores sexuales, con lo que, incluso ahora, con 29 años, su acción sigue persiguiéndola. Un juez ha decretado que tiene que dejar su casa a finales de mes porque no cumple con la ley que impide que una persona con antecedentes por agresión sexual resida a menos de 300 metros de cualquier sitio donde haya niños.