El Papa Benedicto XVI censuró el dopaje en el deporte: "La Iglesia continúa apoyando la práctica del deporte por parte de los jóvenes, incluyendo la actividad competitiva en sus aspectos positivos, como, por ejemplo, la capacidad de estimular la competencia, el valor y la tenacidad en la consecución de los objetivos, evitando, sin embargo, cualquier tendencia que distorsiona la práctica y puede ser incluso perjudicial para el cuerpo, como es el caso de dopaje ".