Cuando nos levantamos somos un poquito más altos, porque durante el día nuestros discos y articulaciones se van comprimiendo y perdemos algún centímetro. Nuestros cartílagos tienen gran cantidad de agua, para que sean muy elásticos, en los píes, en la rodilla, en la columna, y con el peso durante el día se van prolapsando, es decir, es como una esponja que vamos comprimiendo y también la fatiga muscular hace que las curvas de la columna se vayan acentuando. Esto hace que por la noche podamos llegar a medir uno o dos centímetros menos.