A menudo una mala introducción, unas palabras huecas, pueden producir el efecto contrario al deseado. Más aún si se trata de hacer un prefacio de unas fotografías que rezuman arte por todos los lados. Conocí el trabajo de Jaime Monfort a través de flickr hace ya cinco años, al cuál he visto evolucionar y crecer, semana a semana, de una manera estratosférica. La mayor parte de las fotografías son de sus propias hijas, de su propia familia, lo cuál demuestra una vez más que no hace falta irse al rincón más lejano del mundo para hacer Fotografía.