Tras cercenarle la oreja, el oficial español Julio León Fandiño, encargado de combatir el contrabando en aguas caribeñas, en un acto de soberbia, le dijo al inglés “dile a tu rey que si osa hacer lo mismo que tú, le haré lo mismo que a ti”. El insignificante traficante Robert Jenkins fue liberado y enviado de nuevo hacia su Inglaterra natal. Allí, humillado, decidió denunciar el hecho ante el propio rey, que no le prestó ninguna atención. Pero al llegar la noticia a la Cámara de los Comunes, y tras un relato desmesurado...