El primer molino, en el Alt Empordà, era 200 veces menos potente que los actuales. El sector eólico español, convertido actualmente en un referente en generación eléctrica y en tecnología, dio sus primeros pasos en Vilopriu, un municipio del Baix Empordà, hace exactamente 25 años. No fueron pasos, lógicamente, sino el movimiento de tres aspas de un molino desarrollado por la cooperativa Ecotecnia, por aquel entonces "una pandilla de jóvenes ingenieros muy interesados por la tecnología y el medio ambiente", como recuerdan con orgullo.