No ha existido el cine ruso (Potemkin aparte), ni el polaco, ni el húngaro, ni el checo, ni el sueco, ni el italiano (Dolce Vita aparte, Leone aparte), ni el español, ni el indio, ni el chino, ni el japonés (Siete samurais aparte), ni el latinoamericano, apenas el francés, apenas el británico, ...
Por no entrar en los géneros...
Por no entrar en los géneros...
Ejercicio de montaje soberbio, eso sí.
A ver si empezamos a usar el ojo para vernos a nosotros, no para ver lo que no somos.