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Broma a un hombre que busca un entrenador personal
Un blog de bromas por correo electrónico, en esta escribe a un tipo muy peculiar que busca un entrenador personal. El final no tiene desperdicio.
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El objetivo era fácil, solo hay que buscar en webs de anuncios para encontrar gente con poca cultura y pretensiones humildes. Este hombre probablemente es tan humilde que no puede ofrecer más y consciente de sus limitaciones económicas le pregunta, LO PRIMERO, si el precio le parece bien.
Resumen: la historia más vieja del mundo, el más fuerte (intelectualmente) se aprovecha del más débil, lo que, paradoja al canto, le hace parecer a él mismo intelectualmente tan débil como una ameba.
Me parece muy bien tu postura, y si yo conociese al tal Bernardo y fuese mi amigo y supiese que es un pedazo de pan, probablemente le defendería. Pero de ahí a lo de "probablemente es tan humilde" hay un mundo y parte de la galaxia.
Si es humilde no busca un "personal trainer"; va a su gimnasio, se busca un club deportivo (yo he estado en varios siendo más joven), o corre y hace ejercicio por libre en la calle, que aún no cobran por gastar la acera, los parques o por respirar.
Es un jetas, y dejémoslo sólo en eso. Te encontrarás de estos en todas partes y pidiendo de todo, gratis o casi. Será que estoy muy quemado de estos "individuos", qué quieres que te diga.
Nos hinchamos el pecho muchas veces hablando del libre mercado, de que el tendero nos quiere timar porque Amazon tiene precios tirados, pero cuando resulta que nos lo aplican a nosotros, es un gordo aprovechado al que hay que dar una lección.
Si no te gusta la oferta, no la aceptes, es el mensaje más claro. Eso sí, no incha tanto el ego como tomar el pelo a alguien con menos entrenamiento en ironías.
Y mi empatia esta en modo jedi, créeme. Se me saltan las lágrimas con casi cualquier cosa. Pero admito que con esto me he reído, quizás tenga el modo empatico desconectado hoy
Que puede perfectamente no ser el caso, estamos divagando basándonos en preconcepciones y prejuicios sobre dos personas que no conocemos de nada, por lo que el tal Bernardo podría ser un cacho de pan y el otro un hijo de mala madre, o viceversa, o ser los dos unos capullos de cuidado. O sea que ambos podemos tener nuestra parte de razón, o ninguna.
Y te doy un positivo por una discusión tan positiva, se echa de menos en estos tiempos.
Respecto a la efectividad o no de las buenas palabras siempre suelto lo que me enseñó mi abuela, ella siempre me decía que nuestra educación no debía depender de la de los demás, que lo fácil era ponerse al nivel del menos educado, así que normalmente intento no ponerme al nivel del cafre independientemente de si mis buenas palabras van a conseguir algo o no, pues es la educación que me han dado y sé que honro a mi abuela cada vez que me comporto como un ser racional y empático, y eso irremediablemente me hace sentir bien.
Tengo mis límites, mejor dicho, mi paciencia tiene límites como la de todos, pero me esfuerzo en que sean lo más altos posibles.