El curioso problema de hacerte amigo de tu jefe

Puede definirse un catálogo de jefazos tendentes al amiguismo: los que cuentan chistes de mal gusto, los entregados emocionalmente, los empáticos sobreactuados, los elogiosos sin causa. Los chistes sin gracia pintan la radiografía perfecta de cómo la jerarquía laboral absorbe lo personal. Nos reímos, y esa risa que a otro no le concederíamos revela que difícilmente una amistad así se moverá en parámetros naturales y de confianza cierta.

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Es lo que tiene hipotecar el culo.

[#2 sevier]

Sólo me río de sus chistes si me da horas libres, si no, le digo que no tiene gracia aunque el chiste sea muy bueno.
Si no trabajado gratis, tampoco me iba a reir gratis, ¿verdad?

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Yo le tengo su número bloqueado para que ni un whatsapp pueda mandarme...

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Te haces amigo de tu jefe si tu jefe quiere, esto es, si estás dispuesto a poner el culo y cobrar lo que él te diga va a ser muy amigo tuyo