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Habitación 5013
Bernardo vivió a despecho de su siglo, sin que los sucesivos cambios en el paisaje mellaran su autenticidad. Entre sangría y contoneos, asistió al aluvión murciano de los sesenta, al cine de barrio de los setenta, a la ventisca de la heroína de los ochenta y a la piocha olímpica de los noventa.
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y cuando le contesta el corderito, BAAAA.
Me sabe a musiquilla celestial ese dulce balar
me gustan en las fiestas del lugar
los cohetes que la subir hacen fiiuu
hacen PUM, y hacen PAM