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Historia del cine de zombis (I): los orígenes
—¿Por qué has conducido así, idiota? ¡Podríamos habernos matado! —Peor que eso, monsieur. Podríamos haber sido capturados. —¿Capturados? ¿Por quién? ¿Por esos hombres con los que hablaste? —No son hombres, monsieur. Son cuerpos muertos. —¿Muertos? —Sí, monsieur… ¡zombis! Este breve diálogo que acaban de leer es la primera mención a los zombis en un largometraje de ficción. Hace ya ochenta y tres años de aquello. Ahora están en todas partes. Muertos vivientes, infectados, cadáveres andantes, devoradores de cerebros…
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www.youtube.com/watch?v=2OBZHB5I89A
Y además aquí hablan del por qué
www.zombeach.es/por-que-son-caminantes-los-zombies-de-walking-dead/
www.youtube.com/watch?v=1J2RdOaTi_4
www.barbatosfx.com/barbatos/
Me ha venido a la memoria al ver tu enlace.
Llevan pocos años trabajando, creo.
Los zombies reales son personas que, por venganza, fueron envenenadas mediante mezclas elaboradas por el bokor. Intoxicadas, entran en un estado de letargo cuyos signos vitales pasan desapercibidos, dándoles por muertos y por ende, siendo enterrados. Al poco y a escondidas, el "muerto" es desenterrado y reanimado: si el veneno no le ha frito del todo el cerebro, los matones de turno se encargan de darle la paliza de su vida para dejarlo tonto del todo, sometiéndolo a tortura y a tácticas de despersonalización (el bokor se apropiaba de su alma a hostia limpia, ni hechizos ni pepinillos en vinagre, vaya)
Después de aquello, no, no se dedicaban a perseguir cerebros... Eran vendidos como esclavos a los dueños de los campos que abundaban en esa parte de la isla (buscad Haití en google maps satélite, y comparad sus terrenos con el país vecino) Eran los perfectos trabajadores. No hablaban, comían poco, y actuaban como máquinas.
Lo más triste de todo esto es que si sobrevivían a las condiciones inhumanas (la mayoría de ellos morían en las plantaciones), con el tiempo recuperaban la memoria, y lo peor estaba por llegar para ellos: eran repudiados tajantemente por familia y amigos. Y es que en la sociedad haitiana del momento, donde religión y superstición iban tan de la mano, al difunto sólo se le lloraba una vez y no más, sobre todo si el bokor estaba por medio... Yuyu máximo que ni la bolsa del monkey.
De los pocos casos de supervivientes que se conocen, o murieron poco después o pasaron el resto de sus días bajo tutela de instituciones especiales, estudiados con gran interés por los antropólogos de la época.