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Una mujer descubre a los 32 años que es zurda y no torpe
Innumerables vasos rotos, constantes tropezones, multitud de pisotones al saludar y un sinfín de choques con desconocidos en la calle. Así era el día a día de Marisa Ramiro, una joven de 32 años, hasta que una lesión en su brazo derecho hizo que se diera cuenta de que es zurda y no torpe.
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Intentando utilizar torpemente las herramientas que les imponen sin sentir que es eso lo que quieren hacer...hasta un buen día en el que llega casualmente a las manos ese otro utensilio que se ha nacido para manejar. Y entonces todo cambia y empiezan a vivir su vida.
¿Mujeres? creo que la historia no tiene nada que ver con "mujeres", sino con personas aprisionadas por la sociedad.
La etiqueta que sí que me parece muy buena es esa de "nunca es tarde". Si Marisa Ramiro existiera sabría que eso es verdad.
E ir acelerado no ayuda (hablo en sus objetivos políticos, malpensados).
Lo primero es sobre la constitución del sujeto agente como mujeres, la problemática que surge ahora mismo en la economía actual, la concepción de una biopolítica positiva a nivel foucaultiana..., bueno, foucaultiana no, butleriano, y la imposibilidad de evadir el carácter corporal de la performatividad... Eso en un primer lugar. Y lo segundo ya tal.
Nunca es tarde para ser como se es y, tal vez, no haya que esperar a tener un accidente para sentirse obligado a descubrirlo.
Justo esa historia es la que cuenta la noticia.