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Los nazis pederastas que soñaron con viajar a otro planeta en la España de los 70
Eduardo Gómez Arenas, líder de la secta paramilitar y neonazi Edelweiss fue condenado a 168 años de prisión por abusos y violaciones a menores. Las aberraciones cometidas por él y los suyos (fundamentalmente, violaciones masivas a chicos menores de edad) las justificaba con una moralidad extraterrestre: aunque en la tierra estos actos estaban prohibidos y eran execrables, no sucedía lo mismo en Delhaiss, el planeta exclusivamente gay.
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¿claras reminiscencias?
Putos tarados follaniños
"La suerte de Eddy cambió a partir de 1984, con varias denuncias y su aparición en los medios de comunicación que consternaron a todo el país. "
Recuerdo particularmente las esvásticas grabadas con alambres al rojo vivo en el costado -fuera de la vista- y la excusa que daban a los chavales para abusar de ellos. Les decían que se estaban preparando para el combate, y que en éste a veces no había mujeres, por lo que tenían que apañarse entre ellos...
Y que su brazo derecho (nunca mejor dicho) era el hijo del sociologo Amando de Miguel, colaborador habitual de Libertad Digital, la Cope, Onda Cero, Intereconomía, Telemadrid, La Gaceta, etc.
Sus declaraciones sobre el caso fueron: «El caso Edelweiss es el pago de una sociedad que se cargó al Frente de Juventudes y a la Acción Católica y no supo sustituirlas por nada» Ya sabéis, amiguitos, sin grupos de acción juvenil nazis surgirían grupos de acción juvenil nazis que creen en marcianos.
Aquí la fuente: politica.elpais.com/politica/2017/08/29/actualidad/1504006030_167758.h
Venía a decirte que comparto tu escandalo. Yo pertenezco a una asociación de nazis, maricas, misoginos y coprofilos. Esta gente solo nos da mala prensa.
elpais.com/diario/1998/09/02/sociedad/904687201_850215.html
Un joven degüella en plena calle de Ibiza a Eddie, el líder de la secta "Edelweiss"
Juan Martín García repitió durante cuatro días que lo mataría. Al quinto entró en un tienda de "Todo a 100", compró un cuchillo de cocina, se bebió un anís en el bar de un amigo y cumplió su promesa de asesinar al que fuera líder de la secta Edelweiss, Eduardo González. Un año atrás, el adolescente que ayer confesaba fríamente el crimen ante la Guardia Civil, había denunciado a su víctima por abusos sexuales.
www.elmundo.es/elmundo/1998/septiembre/03/sociedad/03N0050.html