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Los niños Triqui, los campeones descalzos de las montañas
Si en el mundo del running popular está siendo una revolución comprobar por muchos de nosotros que no se necesitan para correr las zapatillas que nos habían hecho creer que eran imprescindibles, el mundo del baloncesto acaba de ser testigo de algo similar a lo que se vivió en el Ultra Trail Leadville 100 del año 93.
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—¿Tú desde cuándo haces «running»?
—Desde que se llamaba «footing».
"Las crónicas de aquí se centran mucho más en el hecho de que son muy pobres, tan pobres que no tienen ni para zapatos. Presentan el hecho de ir descalzos como algo que se tendría que evitar (“a pesar de que todos han recibido zapatillas para jugar el torneo, no las han usado”, dicen). Se destaca el hecho de ir descalzos como un impedimento (“han ganado a pesar de ir descalzos”). Transmiten lástima por ellos por ir descalzos.
Ni se les pasa por la cabeza la idea de que ir descalzos les haya supuesto una ventaja (como reconocen los propios jugadores) o al menos no una desventaja. Ni por un momento se cuestionan el uso del calzado y dan por hecho su beneficio al 100×100. Sin embargo, como se puede ver en los vídeos, hasta el entrenador dice en rueda de prensa que el calzado les molesta y les lesiona."
Otra cosa es que todos fueran descalzos, pero eso creo que tardaremos en verlo.