El pasado 20 marzo, un civil de 64 años se convirtió en el inesperado miembro 6.001 del selecto club de personas que han sido “eyectados” por su asiento de un avión. Lo más asombroso es que este hombre accionó accidentalmente la palanca que hace que salga disparado el asiento, y puso en peligro al piloto del caza militar que pilotaba la nave. El anónimo –y torpe- civil recibirá en su casa una corbata y un pin acreditativo de su incorporación al Ejection Tie Club, un club fundado en 1957 por el fabricante de asientos eyectables Martin Baker.

Para hallar a los antecesores de lo que hoy conocemos como bares temáticos deberemos buscarlos en aquella Francia de la Belle Époque, y más precisamente, en el parisino barrio rojo de Pigalle, el bastión de la cultura de vanguardia y la bohemia por esos tiempos. Y allí los encontraremos, al pie de la Butte, sobre el boulevard de Clichy.

Benoit Finck ha grabado este vídeo del Monte Saint Michel en Francia.

Aliviados ante lo que era un cierre inminente, los directores de los principales museos madrileños han informado esta mañana de que esta temporada está salvada gracias a la peregrinación de miles de intelectuales franceses que han acudido en masa a visitar el arte madrileño. “Estábamos a punto de cerrar para siempre… pero esto ha sido un milagro, un milagro cultural”, ha explicado a la prensa, con lágrimas en los ojos y sin poder contener la emoción, Miguel Falomir, director del Museo del Prado.