Corría 1999. Los servicios de música digital estaban en sus albores y Napster llevaba la batuta gracias a su sistema peer to peer que permitía a cualquiera con internet conseguir canciones y discos completos sin pagar un solo centavo. Nunca antes se había visto algo similar y por supuesto, los dueños de los derechos de esas canciones se sintieron pasados a llevar. Lars Ulrich, baterista de Metallica, fue uno de ellos. Llevó a Napster a la justicia a un largo juicio que terminaría ganando.