En 1969, Bruno fundó el restaurante Ai Pioppi en Montello, una localidad situada en el norte de Italia. El propierario de dicho local comenzó a crear pequeños columpios para colocarlos en la parte exterior de su negocio y tras 40 años de trabajo y lo que comenzó siendo un hobby, se ha convertido en un parque de atracciones construido por una sola persona y cuyos elementos han sido manufacturados sin emplear maquinaria pesada y que sólo usan la fuerza humana para funcionar

El parque de diversiones “más deprimente del mundo” se estrenó con largas filas y alta demanda de entradas que colapsó a su sitio web. Todo a pesar de que es un parque del "desconcierto" y crítica social.

A lo mejor a muchos no os suena el nombre de este parque (leído en español “Changchiachie”), pero es probable que su paisaje os resulte familiar, porque fue el que inspiró los escenarios de la película Avatar. En cualquier caso, si algún día tenéis la oportunidad de visitarlo, os recomiendo que reservéis por lo menos dos de los 3 días de validez que ofrece la entrada. Así podréis aumentar las posibilidades de que os salga un día soleado, ya que de otro modo el paisaje lucirá mucho más triste de lo que muestran mis fotos o la película.

Si eres de los que siempre soñó con visitar un espacio parecido al maravilloso universo de la obra de Miyazaki, Mi vecino Totoro, estás de enhorabuena. Los estudios Ghibli acaban de anunciar sus planes para construir un nuevo parque temático basado en la película de 1988. Larga vida a Totoro.