La ingente cantidad de pornografía online contribuye al cambio climático tanto como un país del tamaño de Bélgica. Según los investigadores, los videos colgados en Internet contribuyen a la emisión de 300 millones de toneladas de CO2 cada año. Casi una tercera de esos vídeos son de contenido pornográfico. Para llegar a esa conclusión, los responsables del estudio calcularon la cantidad de electricidad necesaria transportar todos esos datos, así como para verlos en los diferentes dispositivos.