La policlínica de Granollers (o policlínica del Vallès) abrió en junio de 1935 por un grupo de médicos con la intención de atender las urgencias médicas de la población. En 1982 presentó su primera suspensión de pagos al no poder hacer frente a las nóminas y en 1995 la segunda. 10 años más tarde, la Generalitat suspendía todos los contratos que tenía con este centro, el motivo fue la nefasta gestión que desde hacía años llevaba el centro. A mediados de 2005, con una deuda cercana a los 11 millones de €, la policlínica cerró definitivamente.

Estamos hablando, de una hermosa historia, contada con desarmante, dolorosa, casi subversiva humanidad por Aristarain, en plenitud expresiva absoluta, incapaz, una vez más, de ofrecer la mínima concesión al espectador, hablándole (sin parar…en verborrea incontenible…) de tú a tú, como un ser inteligente, proponiéndole un cine de imágenes accesibles pero un fondo tenebroso que investiga la condición humana y nuestra capacidad, o la carencia de ella, para trascender nuestra propia realidad, nuestras ideas, nuestro interior.