La red no es ya solo un directorio de amigos, ocupa un espacio central en la vida de muchos ciudadanos y es un potente creador de opinión que impone sus propias normas. ¿Debe responder el algoritmo de una red cuyo éxito se mide en la participación social a criterios sociales o debe mantener la neutralidad? ¿Esa neutralidad nos lleva a normas que censuran un pecho pero permiten apología machista, homófoba o xenófoba? ¿Deben democratizarse las normas de uso de Facebook? Para Benjamí Villoslada, cofundador de la web de noticias Menéame.net...