“Nos convocó de madrugada en La Moncloa pidiendo máxima discreción, supuestamente para intercambiar criterios sobre la investidura”, explica Sánchez. “Luego, con la excusa de que le habían regalado muchas botellas estas navidades, insistió para que bebiéramos todo el alcohol que fuera posible mientras procuraba convencernos para que firmáramos unos documentos”, ha detallado el político sin ocultar sus ojeras y con la voz ronca. El socialista ha recordado al líder popular que “yo no soy de esa clase de chicos”.