«Vamos a ver, creo que quedó claro: solo sí es sí y… y no es no, es bastante sencillo», ha dicho la ministra de Igualdad, Irene Montero, en una comparecencia convocada de urgencia tras la aprobación de la reforma laboral, que ha sido posible porque un diputado del PP ha votado que sí sin querer. «Decimos las cosas, intentamos hacer pedagogía, no se nos hace caso y luego pasa lo que pasa», ha reiterado Montero sin poder contener la risa.

Tras leer la carta publicada en el día de ayer por Pedro Sánchez en la que anunciaba la posibilidad de dejar la presidencia, Irene Montero se ha mostrado sorprendida por el “poco aguante mediático” que tienen los hombres. A la secretaria política de Podemos le cuesta entender que el presidente se plantee dimitir por tan poca cosa. “Pero, ¿qué le han hecho?”, ha preguntado Montero a sus allegados. La ex ministra de Igualdad imaginaba que grupos de ultraderecha habrían empezado a ir a casa de Sánchez a gritarle e insultarle o a acosar a sus hijas

Viajar con toda la familia a Galapagar para gritar «¡Coletas rata!» o simplemente para protestar frente al chalé de Pablo Iglesias e Irene Montero ha sido el plan vacacional estrella de este verano, marcado por la imposibilidad de viajar al extranjero. Muchas familias han optado incluso por perseguir a los ministros hasta Asturias, donde intentaron sin éxito aislarse del acoso que están sufriendo.

Esta semana Irene Montero ha dado una nueva lección de feminismo al defender el derecho de su escolta a dar el pecho en el Congreso. Algunos sectores de la prensa la han criticado, pero ella ha salido al paso de las acusaciones para defender la libertad de su escolta. “Tenemos que empezar a normalizar este tipo de situaciones”, “Que un escolta dé el pecho a un bebé es lo más natural del mundo”, “Mi escolta tiene todo el derecho del mundo a amamantar a mi hija en el Congreso mientras yo estoy ocupada”

«Llevo aquí desde el 16 de agosto y mis esfuerzos por contribuir a la formación de un gobierno talibán paritario no están dando frutos», reconocía Montero esta mañana desde Kabul. «Cuando el machismo es estructural los cambios no son nunca inmediatos», agregaba a modo de justificación.