Ni el escarnio público ni el temor a perjudicar la imagen de la Corona. Lo que retiene a Juan Carlos I en Emiratos Árabes son los precios de la vivienda en España. «Están por las nubes, a ver qué pasa con la ley esa que acaban de aprobar», comentaba el emérito a su biógrafa francesa, Laurence Debray, en una conversación filtrada hoy a la prensa. «No puedo compartir piso a mi edad, ya sé que hay gente que lo hace pero te haces mayor y estás lleno de manías», explica a Debray el emérito. Teme también el padre de Felipe VI que los arrendatarios…

Nada más conocer las declaraciones del comisario Villarejo en la comisión del Congreso que investiga la «operación Kitchen», Juan Carlos I ha querido salir al paso y ha sido tajante: «Es falso que me dieran hormonas femeninas».

Si la encuesta hubiera sido: "¿Cree que Juan Carlos I ha sido un buen rey para España?". Y las opciones: "Sí", "Sí, pero" y "macarrones con tomate", hubiera tenido exactamente el mismo efecto.

El rey emérito abandonó España el lunes por la noche. Dos días después se siguen conociendo detalles de la estancia del rey Juan Carlos I en nuestro país, como la gran cantidad de marisco gallego que se llevó

Las numerosas visitas de Juan Carlos I a Sanxenxo empiezan a ser habituales. Tanto es así que Pedro Campos, su amigo y anfitrión empieza a cansarse.

Nuestro eterno Rey se ha integrado a la perfección en el país, dando una lección a todos los inmigrantes que llegan a un lugar nuevo y buscan que sea este el que se amolde a ellos y no al revés. Y, ojo, que también se ha amoldado a los valores locales: Juan Carlos I no ha tenido problema alguno en integrarse dejando de respetar a la comunidad LGTBI, a las mujeres y también a los africanos.

El artista Juan Carlos Ruiz Burgos combina dos de sus amores en esta serie original, las ilustraciones clásicas de The Saturday Evening Post, hechas por Norman Rockwell y JC Leyendecker, y los héroes y villanos de DC Comics

“Viven completamente dejados de la mano de dios, comiendo sopa en una especie de chabola forrada de madera como un ataúd, las niñas poniendo muecas de dolor”, comentaba Sofía de Grecia sin apenas contener el llanto. El rey emérito ha preguntado a su hijo “dónde están las mujeres, dónde están los amigos, las piezas de caza colmando la mesa del comedor, adónde se fue la alegría”.