Hay lugares en los que, por su propia naturaleza, me encuentro cómodo, como podrían ser los bares, en especial los que tienen serrín y cabezas de gambas por el suelo, indicativo claro de calidad para lo que yo llamo cariñosamente "bares de viejos", también en una sala de cine o incluso dando un simple paseo por la ciudad. En cambio, hay otros en los que no lo estoy tanto, como en la sala de espera del dentista, un restaurante con bebés cerca y, en especial, en los gimnasios.

Todos los engaños de Llados para lavar el cerebro a cientos de adolescentes que caen en su "secta": Desde conversaciones privadas en las que estafa a jóvenes con contenido perjudicial para su salud; tóxico mensaje de estafa piramidal burlándose de la gente mientras él alquila coches y casas de lujo con dinero estafado; su engaño sobre la privación del sueño (si duermes es "porque eres pobre"); su falsa vida social con scorts y prostitutas que se hacen pasar por amigos; su historia de superación de mentira (en realidad es un niño de papá).