Los clásicos de la literatura siguen presentes, en parte porque están vivos y porque todos los valores morales y asuntos que plantean son reales como la vida misma. Así le ocurre a 'Ana Karenina'. La novela de Tolstoi ha sido adaptada a todo tipo de formatos desde el cine hasta la danza y 'Volver a caer' es un ejemplo de ello.