Un vecino de Sant Martí de Centelles ha presentado un contencioso administrativo contra el Ayuntamiento de este municipio por las molestias generadas por los cantos de los gallos. El denunciante se queja de que el Ayuntamiento no ha tomado ninguna medida para acabar con el ruido de los "cuatro gallos, cinco gansos y dos perros" de otro vecino del pueblo. El escrito considera que estos animales se clasificarán como "no adecuados para tener en un entorno residencial" porque "no permiten dormir por la noche y son molestos durante el día".

Después de pasar semanas en el centro de la polémica por el canto de los gallos, el pueblo de Soto de Cangas despachó ayer con chanza el episodio que le ha hecho famoso en toda España. Coincidiendo con las fiestas de Santa Lucía y la tradicional subasta, los vecinos de la localidad canguesa se armaron de guasa y junto al ramu incluyeron en la puja uno de los gallos de la discordia. De momento, el gallinero sigue en pie como actividad de autoconsumo.

En muy pocos años y casi sin darnos cuenta nos hemos rodeado de ingenios que nos ayudan en casi todas las actividades de la vida, movidos por motores más o menos trepidantes que nos envuelven con su ruido en el trabajo, en casa e incluso en los momentos de ocio. Cada aparato nuevo es un ruido que incorporamos a nuestra vida. [...] y luego nos desvivimos por lavadoras y aspiradores silenciosos pagando a precio de oro cada decibelio de menos. Primero inventamos los ruidos y luego nos empeñamos en amordazarlos.