Los opositores a bomberos o policía nacional deben superar, entre otras, una prueba de ortografía para poder acceder a una de las plazas ofertadas. Sin embargo, no sucede lo mismo en las oposiciones a profesores de secundaria y FP, al sobreentenderse que los aspirantes no cometen dichos errores.

No los ves, pero están por todas partes. Te persiguen en los multitudinarios e innumerables grupos de WhatsApp. Te vigilan en las sombras en tus breves incursiones en Twitter. Te señalan con índice de fuego cada vez que osas cometer una falta de ortografía. Se distribuyen por doquier, cual mente colmena, y actúan con la contundencia de la Gestapo. Una Gestapo ortográfica. Ser un puntilloso en la materia no habla muy bien de ti. Y no lo decimos nosotros. Lo dice la ciencia.

En el sexo hay personas a las que les excita que les hablen sucio. Sin embargo, si algo queda patente, es que a pocas personas las excita que les escriban mensajes subidos de tono con faltas de ortografía.

Ni la incensante lluvia, ni el barro, ni siquiera los conciertos. Lo más comentado en redes sociales sobre esta edición del festival de rock Extremúsika, que se celebra cada año en Cáceres, ha sido el cartel de bienvenida. Y no porque sea muy grande o muy bonito, sino por la tremenda falta de ortografía que contiene: BienBenidos al Extremusica!

Si eres una persona sensible a los errores ortográficos y gramaticales, vale aquí una advertencia: lo que se viene a continuación te pondrá los pelos de punta. Esta es una breve recopilación de cómo las personas pisotean, humillan y abofetean sin piedad a la lengua española.

Reseña de la película Las Tortugas Ninja 2: El Secreto de los Mocos Verdes, escrita por una niña.

La situación de Pablo Iglesias con Ada Colau encerrados en un ascensor durante media hora apareció en todos los telediarios el pasado 26 de junio. Pero el espacio informativo de la televisión pública nacional conducido por Pilar García Muñiz no tuvo suficiente y decidió destacar los tuits de Pablo Iglesias al respecto, incidiendo en que uno de ellos tenía una falta de ortografía: “Encerrados con Ada Colau y su equipo en un ascensor del Ayuntamiento. Con esto Polònia va ha hacer maravillas”, recogía el tuit del líder de Podemos.

Comerse una hache en un correo electrónico es grave, y hacer lo propio en un documento de Word o en un libro entra en el terreno de la herejía. Pero ¿en un tatú? Eso clama al cielo: has tenido tiempo de pensarlo, escribirlo, consultar la ortografía diez veces en AltaVista… De últimas, se lo has entregado escrito a un señor -el tatuador- que, presuntamente, habla y escribe castellano… En resumen: para una falta de ortografía quede inmortalizada en un tatú ha tenido que esquivar toda una yincana de sistemas control, bien es cierto que...

Empezando por halluda, y pasando por está abrido estos 35 carteles harán que te sangren los ojos y que quieras rociártelos con agua bendita. Lo mejor de todo es que algunos carteles rezan frases como aprovar no es aprender... y escribir mal tampoco lo es.

Listado de sensaciones y emociones que uno siente cuando se escribe mal.

'Oficina de Antención al Algricultor'. "Es bochornoso y un descrédito para el municipio que los responsables municipales del gobierno de Trinidad Herrera (PP) hayan colocado un letrero plagado de faltas de ortografía en la entrada de las instalaciones, ubicadas en el antiguo matadero, en la calle Carretera del Suspiro del Moro"

Este es el examen de ortografía más fácil que vas a hacer, ¿o no? ¿Ay, ahí o hay? Esta, ésta o está? ¿Cuál vas a poner?

Ortografía de palabras modernas que no se suelen ver escritas.

La RAE lanza la campaña “Corrígesele” para fomentar la buena ortografía

“¿Mi vida careze de sentido? ¿CAREZE? Madre mía chaval”, escribía uno de sus seguidores, que difundió la falta de ortografía hasta que ésta se hizo viral. “ANTES DE MORIR LE DA UNA PATADA AL DICCIONARIO EL TÍO”, añadía otro tuitero. Más de cien personas han corregido varios de los mensajes del suicida a lo largo del día e incluso ha intervenido la cuenta oficial de la Real Academia Española, recordando que “Carece se escribe con ce y significa ‘Tener falta o privación de algo'”.

Según un estudio, el 82% de las mujeres se echan atrás a la hora de conceder una cita si comprueban que aquella persona con la que han hecho match hace faltas de ortografía.

Un furgón de la policía de Madrid rotulado de forma un tanto "extraña"...

Algunos chistes producto de errores ortográficos.

¿Serías capaz de aprobar el nuevo examen de ortografía para acceder a la Policía Nacional? Tras la controversia generada por la prueba realizada 14 de enero, más de 52.000 aspirantes se han presentado a esta nueva prueba con el objetivo de hacerse con una de las 3.201 plazas que oferta la Policía Nacional durante esta convocatoria. En este nuevo examen, la Policía Nacional volvió a presentar un total de 100 palabras. Los aspirantes tan solo tenían ocho minutos para indicar si las palabras estaban escritas correcta o incorrectamente.

Hoy os presento una recopilación de tapas de registro (de alcantarillado, alumbrado, etc.) con algún despiste ortográfico. Hace ya tiempo colgué un desliz del Ayuntamiento de Zaragoza que convierte lo "público" en "púbico".

Un grupo de estudiantes de 3º de la ESO del Instituto Cuatro Villas de Berlanga (Badajoz) que se dedican a corregir -siempre con mucha educación- las faltas ortográficas que los famosos cometen en Twitter. La iniciativa partió de Alejandro Gala Martín, profesor de Geografía e Historia, quien propuso llamare “detectives de la ESO” y planteó el proyectos a sus 26 alumnos porque en los institutos “hay un grave problema con la ortografía”.

Escribir bien es sexy. Producto de las RR SS la gente expone día a día sus conocimientos ortográficos. Confundir haber con a ver, juntar letras, escribir con abreviaturas, todo te define y no está de moda, no es cool y no es sexy. Internet, las RRSS, las aplicaciones instantáneas de mensajería… han hecho estragos con la ortografía. El primer atentado vino de la mano de los SMS: escribir correctamente podía incluso triplicar el coste de un mensaje. La mayoría de alfabetos con los que funcionaban los móviles no reconocía algunas letras con tilde.