Primer plato, segundo plato, pan, bebida, postre o café y, si eres amigo de la casa, hasta te convidan al bicarbonato. Y todo por entre 7 y 12 euros. Esta viene a ser la irresistible oferta que suele componer el menú del día español, pantagruélico a ojos de los guiris y siempre insuficiente para el insaciable tripero celtíbero.