¿Te gustaría probar la primera RCV de la era MotoGP? Sí, sí, aquella V5 campeona del mundo en manos de Valentino Rossi y Nicky Hayden. ¿Qué me dices de la primera NSR 500, la del 84, la de los escapes y el depósito de combustible intercambiados? ¿Te gustaría probarla? ¿Y la 6 cilindros de 350 cc de Mike Hailwood? ¿Te gustaría poder "estrujar" su motos hasta las 18.000 rpm?Pues hay una persona que hace esto prácticamente todos los días. Se llama Hikaru Miyagi y su trabajo es mantener en orden de marcha las motos de Honda que han hecho historia.

Pat Morita, que falleció a causa de problemas renales a los 73 años de edad en noviembre de 2005, ha seguido estrenando películas, series televisivas y apariciones en el mundo virtual desde su deceso. Y no una o dos veces, sino hasta once producciones entre cortos, largos y videojuegos. Para un actor que en su perfil de la base de datos IMDb registra 174 entradas como intérprete desde sus inicios en la profesión hasta ¡2014! Esas once producciones suponen poco más de un seis por ciento de su trayectoria en el mundo de la actuación. Nada mal.

Ni el estudio, ni el productor. Originalmente nadie quería a Pat Morita interpretando al señor Miyagi en Karate Kid. Ni el estudio, ni Jerry Weintraub, productor de la película querían a Pat Morita como el señor Miyagi en Karate Kid (1984). Una revelación bastante sorprendente considerando que es uno de los personajes más reconocidos e icónicos del cine de la década de 1980. Lo ha revelado el actor Ralph Macchio, durante una entrevista.

Este sitio propone cinco lecciones que podemos aprender sobre cómo combatir la masculinidad tóxica a partir del clásico Karate Kid. Jamás me había dado cuenta, pero por oposición al Cobra Kai, el buen Miyagi sí hablaba sobre lo violenta que puede ser la masculinidad ya por esos años. Una de las pocas lecturas positivas que se hacen de viejos filmes.

En 1984 llegó a las salas de cine The Karate Kid, o sencillamente: Karate Kid, como se tituló en España. Forma parte de esa época en la que el cine tocó techo de esplendor...