A mi novia le pone Cañete. Bueno, ella dice que le gusta, que tiene "nosequé", un cierto halo de gurú metafísico, maestro ascendido o ilustre profesor de yoga nidra. El asunto me tiene mosqueado porque mi novia no es precisamente...digamos espiritual, se ríe de mis clases de pilates, dice "vaya panda". Mosquedao por esta extraña querencia y afinando un poco más, indagando y preguntando, descubro que mi novia ve en Cañete una reencarnación de Príapo, el hijo de Dionisio y de Afrodita a quien la diosa Hera concedió el don del priapismo.