El caso tiene casi 45 años. El secuestro del vuelo 305 es el único en la historia de Estados Unidos que quedó sin resolverse. En la tarde del 24 de noviembre de 1971, un hombre llamado D.B. Cooper compró un ticket de ida desde Portland, Oregon, hasta Seattle, estado de Washington. Pagó en efectivo y esperó el llamado para embarcar. En pleno vuelo, ordenó a una de las azafatas un bourbon con soda, hielo y le dio una nota en la cual decía que tenía en su poder una bomba.