Barbra Streisand contacta con Tim Cook, de Apple, para que Siri pronuncie correctamente su nombre.

Del blog: "Hasta donde yo sé Sofía, dada la cantidad de entrevistas y portadas que ha protagonizado de manera voluntaria, se consideraría un personaje público, y de hecho, en dichas portadas posó voluntariamente y llegaron a todos los kioskos o buzones. Además, datos personales no publico ninguno, tan solo alguno de sus trabajos en los medios de comunicación. Como no quiero follones, me he limitado a borrar las fotos (algo para lo que me daban 48 horas de plazo, y que si no '“nos veremos obligados a interponer cuantas acciones nos asistan)'".

Un bloguero llamado Mike Masnick decidió que sería hermoso acuñar el concepto «efecto Barbra Streisand» para referirse a todas aquellas acciones que al intentar ocultar desesperadamente algo (que previamente había pasado completamente desapercibido) lograban que todo el mundo fuese consciente de su existencia, catapultando el interés por lo vetado de manera desproporcionada.

El ‘efecto Streisand’ golpea con toda su fuerza al “flamante” nuevo alcalde de Madrid. Este fin de semana, no menos de tres jóvenes fueron sancionados por la policía por lucir unas pegatinas con el mensaje “Almeida Carapolla” en las fiestas de Vicálvaro. Hoy las redes sociales están que arden por no menos de dos motivos relacionados con Almeida: la reversión de la peatonalización de la calle Galileo y el hashtag #AlmeidaCarapolla, que ya es trending topic en Twitter en Madrid,

Después de varios años de duro trabajo ha salido el fangame Pokémon Iberia. El juego, basado en España y su cultura, y que alberga un mensaje extremadamente nocivo, era esperado con ilusión por gran parte de la comunidad de jugadores españoles de Pokémon. Está disponible para descargar y, mientras otros darían un enlace aprovechando las visitas, nosotros no lo haremos. Queremos lanzar un mensaje claro: un juego así es totalmente inadmisible por su contenido lleno de extrema derecha disfrazado de humor.

Aunque a menudo se retroalimentan, la televisión y Twitter juegan en ligas diferentes. Por eso, Pablo Motos es el presentador de un programa de éxito —la emisión congregó a 2.613.000 espectadores— y, al mismo tiempo, un villano en el cortijo de Elon Musk. Como si hubiera pocos. Varios hilos se han dedicado a desmontar la autodefensa que realizó el presentador.

Los colores de la sandía resonaban como un grito silencioso en favor de la causa, recordando los tonos de la bandera de Palestina: negro, rojo, blanco y verde. Esta prenda de encarna un mensaje profundo, tejida con hilos de compasión y apoyo. La controversia que estalló a raíz de esta elección de moda no hizo más que avivar la llama de la solidaridad. Las críticas iniciales se convirtieron en un viento propicio, llevando a un aumento sorprendente en las ventas de la sudadera. Así, la firma logró recaudar más de 22,000 dólares