El arte de perder el tiempo en el trabajo es centenario y cuenta con defensores y detractores. Tanto el Gobierno como la patronal abanderan cruzadas contra la pereza y plantean medidas para incrementar la productividad y controlar el absentismo. Pero también hay expertos que afirman que dedicar un tiempo de la jornada laboral al descanso es beneficioso para el trabajador e, incluso, hay quien piensa que es la única forma de prosperar...

¿A qué dedica su tiempo en el trabajo? Probablemente, dirá que está muy atareado, pero también, que dedica gran parte de su jornada a problemas cotidianos.

Una aseguradora te paga por caminar. Mediante unas pulseras, monitoriza las distancias que recorren a pie sus clientes a lo largo del día y les asigna unos objetivos diarios. Cada día que completan una etapa, los asegurados se llevan un dólar. El objetivo final es que lleguen a caminar 10.000 pasos al día, unos ocho kilómetros. "Si das unos 10.000 pasos diarios, alterarás la mayoría de causas de mortalidad principales, como la obesidad, la diabetes o la presión arterial",

Andrew J. Smart explica en un libro por qué estamos destruyendo nuestro cerebro, nuestra felicidad y nuestra creatividad al evitar el aburrimiento. “Debemos construir la habilidad de ser nosotros mismos y no hacer nada. Eso es lo que los teléfonos han hecho desaparecer. La capacidad de estar quietos. Es en lo que consiste ser una persona”. Con esta cita del cómico Louis C.K., el científico y escritor Andrew J. Smart ilustra uno de los grandes problemas del ser humano en el siglo XXI: la necesidad autoimpuesta de estar permanentemente ocupados.

En 1998, Miguel Ángel Rodero y Javier Castellanos, alumnos de informática de la Universidad Pontificia de Salamanca, crearon una página web para que la comunidad estudiantil pudiera compartir documentos académicos entre ellos. Aportaron sus propios trabajos y días después de haber inaugurado la página, se dieron cuenta de que jóvenes de Colombia, España, México y Argentina también habían comenzado a compartir sus propias tareas escolares. La llamaron El Rincón del Vago.

Descripción gráfica de mi estado de ánimo los lunes.

El diseñador del cartel de la Semana Santa en Cuenca ha optado por el minimalismo extremo para el anuncio de este año: una cruz y cuatro garabatos que evocan lejanamente a otros tantos nazarenos. El cartel ganador de esta semana santa ha puesto a toda internet mirando hacia Cuenca.

Hoy por hoy la mujer sigue asumiendo un peso mayor en las tareas domésticas y el cuidado de los hijos. Además de este desequilibrio, muchas se siente presionadas socialmente para cumplir con unas expectativas que de llevarse a cabo las convertiría en superheroínas. Celeste Erlach, una mujer de Reino Unido, decidió escribirle una carta a su pareja en la que le confiesa que es incapaz de hacer frente a todas las tareas que había asumido y completarlo, además, como si no le costase un esfuerzo.

Por fin he encontrado una definición que describe medianamente mi actitud ante la comida: Vagano. Un vagano es alguien que no come nada por la pereza de tener que preparárselo. Evidentemente la muerte por inanición es harto desagradable, así que no creo que muchos vaganos renuncien a engullir algo, simplemente por mera supervivencia. Se puede decir que ese es mi caso… soy un tío que odia la cocina y todo lo que implica, creo que hay millones de cosas mejores que hacer que dedicar tiempo a los fogones.

A ver Vito, que tú en el Congreso básicamente haces lo mismo que fuera: el vago. Estás agotado de tanto bulo.