Nuestro país, al igual que Gran Bretaña, está tratando de imponer un orden democrático de las cosas en Afganistán, o, si se desea, ayudar a fortalecer la joven democracia afgana. Cada día mueren personas aquí en bombardeos de uno y otro lado, los occidentales no abandonan sus hogares sin chalecos antibalas y suben a sus Humvees. Y llegamos nosotros y convertimos la frontera en una luminosa y colorida etapa de enduro. El año pasado, un oficial de inteligencia nos dijo en Kunduz: "Te ves como blancos de tiro. ¿Cómo demonios podemos protegerte? "

Las montañas de Tora Bora se convirtieron en toda una fortaleza subterránea, gracias al dinero saudí repartido por las inteligencias paquistaní y estadounidense cuando Afganistán estaba en guerra con los rusos.

Años 60. Un cuarteto de melenudos, de Liverpool, compone la mítica Lucy in the Sky with Diamonds. Son los años del LSD, de la sicodelia, del desfase y desenfreno. Los hippies, llegados de todos los rincones del planeta, desembarcan en Afganistán siguiendo los pasos del inmortal Marco Polo y su Ruta de la Seda. ¿Por qué el país centro asiático? Su hachís y, sobre todo, su opio eran los mejores del mundo. Y si tu objetivo es drogarte uno tiende a buscar la mejor calidad.

Viñeta de Asier y Javier para Deia sobre la reciente situación política de Afganistán.

Deliveroo se marcha de España pero regresa a Afganistán, donde el avance de los talibanes augura «cambios significativos en el régimen de trabajadores» que permitirán, según la empresa de reparto de comida a domicilio, contar con «riders» que trabajen «por la gracia de Alá» y, por tanto, permitan a la compañía desempeñar una actividad comercial rentable. El sector del «delivery» no es el único que tiene los ojos puestos en el país asiático.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, defendió ayer su decisión de sacar a las tropas estadounidenses de Afganistán explicando que siguió la recomendación de «un señor con el que hablé unos segundos mientras caminaba por un pasillo cuando estuve en Bruselas». Confesó no acordarse de su nombre pero sí se quedó con la idea de que «era absurdo seguir gastando dinero y esfuerzo en todo aquello».

Después de adelantarse a la prensa deportiva entrevistando a Leo Messi recién llegado a París, Ibai ha vuelto a la carga esta semana y ha desafiado a todos los periodistas especializados en política internacional al cerrar la primera entrevista con el líder supremo de los talibanes, Hibatullah Akhundzada. Un encuentro calificado de «histórico» por parte de toda la prensa mundial, que no se explica cómo el bilbaíno ha logrado esta nueva gesta. «Cae bien a todo el mundo, incluidos los talibanes», reconocían fuentes del entorno de Akhundzada.